lunes, 27 de junio de 2011

NARCISO R. COLMÁN
ÑANDE YPYKUÉRA POEMA ETNOGENÉTICO Y MITOLÓGICO
Por Delfina Acosta

Mucho le debe, sin lugar a dudas, la literatura paraguaya a Rosicrán.
El gran poema mitológico rescató del olvido al que estaban condenados genios y criaturas nacidos de la imaginería popular como el Juiso o Luisón, el Curupí, el Yasy Yateré, el Moñái, el Mboy Tu’i, el Ao Ao, y otros, dándoles con su cantar en la lengua vernácula una historia, una acentuación peculiar, propia de las costumbres paraguayas.
Faltaba al Paraguay este libro para que tuviera su identidad. Aquellos personajes mitológicos tan bien versificados por Narciso R. Colmán nacieron de sus andanzas lugareñas. Es que, poeta de la raza guaraní, de la selva, de su vasto territorio donde la tradición oral estaba más afincada, se empapó de las colinas y llanuras de Paraguarí, Carapeguá, Ybycuí, Acahai, Pirayú, Ypacaraí, Yaguarón y Ybytymí. Cuenta Rosicrán que por el año 1912, él y un amigo suyo llegaron a la puerta de una imponente gruta. Reconocieron las formas rudas de un indio sentado sobre la roca prismática. El interior estaba lleno de signos cuya significación se encargó, posteriormente, de descifrar. Con ese antecedente se puso a trabajar en su obra titulada ÑANDE YPYKUÉRA, que es el resultado interpretativo de los geroflíficos que presentaba la mencionada escultura indígena.
En menos de dos años se gestó la obra. La traducción al castellano, hecha por el autor mismo, lleva el título “Génesis de la raza guaraní. Nuestros antepasados. Poema Etnogenético y Mitológico seguido de un estudio etimológico de los mitos, nombres y voces empleados”.
En conversación con su hijo, Narciso R. Colmán (h), dijo que su padre se vio en la necesidad de vender su casa, acuciado por las deudas contraídas con una casa editorial. Había publicado un libro que le trajo pérdidas...

"ÑANDE YPYKUÉRA" PEGUA MOMBE'UGUA'U

1) TEJU JAGUA: Hete ojogua umi teju tuichávape, ha oguereko pokôi jagua akâ. Kóva hina Tau ha Kerana memby ypykue. Hete tuichágui ndaikatúi oipuru mbarete oguerekóva. Es un gran lagarto con siete cabezas de perro. Dominador de las cavernas y protector de las frutas. Se alimenta de frutas y también de miel de abeja que su hermano Jasy Jatere le trae.

 2) MBÓI TU'Î: Kóva hina Tau ha Kerana memby mokôiha, hete mbói ha iñakâ tu'î. Oje'émi hese ha'eha mba'e he'ô rerekuára. Avei ha'e pira, mbusu, ysapy ha yvoty ñangarekohára. Es una enorme serpiente con cabeza de loro. Sus dominios son los grandes esteros, y es hado (protector) de los animales acuáticos y anfibios, del rocío, de la humedad y de las flores.

3) MOÑÁI: Kóva hina Tau ha Kerana memby mbohapyha. Ñu ha yvytu jára, ipokovívare ija'éva ha mondaháre avei oñangareko ha oipytyvô. Dios de los campos, los aires y las aves, protector de los robos y de las picardías. Era aficionado a robar y acumular el producto de su rapiña en una gruta del cerro, él fue al Cerro Yvytykuápe, hoy Cerro Kavaju en Atyra. Según la historiaue quemado por Avare Tume en la gruta que desde entonces se llama Moñaikuare, cerca de Yaguarô, con él fueron quemados sus seis hermanos y  Porâsy, quien se sacrificó para salvar a su pueblo de la dominación de los siete hermanos monstruos maléficos.

4) JASY JATERE: Kóva hina Tau ha Kerana memby irundyha. Ko mitâ'i yvágaicha hesa hovy hasy   ha kuarahy mimbícha iñakârague sa'yju.  Oĝ uahêvo  asajepyte ndaje  osê  omosarambi mborayhu.
Oje'e hese opívo oguataha ha oguerekoha ipópe ka'a rakâ pehêngue ome'êva ichupe mba'ekuaaita. Dicen que es un hombrecillo de cabellos dorados, considerado como el señor de las siestas, poseedor de una especie de varita mágica fuente de su maravilloso poder. Es el protector de las abejas y del ka'aruvicha. Extravía a los niños para llevarlos junto a su hermano Ao Ao.

5) KURUPI: Kóva hina Tau ha Kerana memby poha. Karia'y karape'i oikóva asajepyte ka'aguýre ñemiháme. Oikóje ohapera'ârô mitâkuña osêva asajerei hógagui. Kurupi ojuráne katuete ha ogueraha ka'aguy hesakâhápe kapi'ipe rovyû ha hyakuâvureíva ári orairô ombotarova térâ ojuka peve. Con enorme miembro viril, largo como un lazo; el Kurupi es el espíritu de la fecundidad, dominador de las selvas y de los animales silvestres. Secuestra a criaturas y mujeres. Anda de siesta (de ahí también su apodo de Kurupi la dóse) y al atardecer. Siendo su hábito perseguir a las mujeres que andan fuera de su casa. Se afirma también que el Kurupi tiene los pies al revés para despistar a los que trataban o tratan de perseguirlo.

6) AO AO: Kóva hina Tau ha Kerana memby poteîha. Oje'e Ao Ao  oikoha kure ka'aguýramo  ha ijatyha hendivekuéra; oiko haĝua oñondive kuimba'e ro'o rapykuéri. Ndaje kuimba'ekuéra ojehekýi haĝ ua  Ao Aógui,  ojupi yvyra rakâ rehe;  ha upéicha jave  Ao Ao  ojo'o  yvy  ha  oity  yvyra, ho'u haĝ ua kuimba'e.
También hado de la fecundidad. Dejó muchísima descendencia, es caníbal y considerado como dominador de los cerros y montañas. Solo aquellos hombres que trepan a una palmera, árbol que tiene cierta virtud contra el Ao Ao, consiguen salvarse de él.

7) LUISÔ: Kóva hina Tau ha Kerana memby pokôiha. Ojogua peteî jaguápe; ivai, hesa vera ha iñakâ guasu. Pyharepyte vove oho ojapajeréi te'ôngue ári, upévare hesa'yju ha ine. Oîramo kuña imembýva pokôi kuimba'e, pe pahaguéva ha'eva'erâ katuete Luisô. Considerado como el señor de la noche y compañero de la muerte, el Luisô tiene por dominio los cementerios, alimentándose de la carne de los difuntos. Es feo, de cabello largo y sucio, de olor fétido; causa repugnancia y terror en cualquier mortal.

domingo, 26 de junio de 2011

EL MITO GUARANÍ SOBRE EL ORIGEN DEL LENGUAJE HUMANO

El Mito Guaraní sobre el "ORIGEN DEL LENGUAJE HUMANO"  
     "El verdadero Padre Ñamandú, el Primero, 
de una pequeña porción de su propia divinidad, 
de la sabiduría contenida en su propia divinidad, 
y en virtud de su sabiduría creadora, 
hizo que se engendrasen llamas y tenue neblina.
    Habiéndose erguido (asumido la forma humana),
de la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora,
concibió el origen del lenguaje humano.
    Creó nuestro Padre el fundamento del lenguaje humano e hizo que
formara parte de su propia divinidad.
    Antes de existir la tierra,
en medio de las tinieblas primigenias,
antes de tenerse conocimiento de las cosas,
creó aquello que sería el fundamento del lenguaje humano (o: es el fundamento del futuro lenguaje humano) e hizo el verdadero Primer Padre
Ñamandú que formara parte de su propia divinidad.
    Habiendo concebido el origen del futuro lenguaje humano,
de la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora concibió el fundamento del amor (al prójimo).
   Antes de existir la tierra,
en medio de las tinieblas primigenias,
antes de tenerse conocimiento de las cosas,
y en virtud de su sabiduría creadora el origen del amor (al prójimo)lo concibió.
    Habiendo creado el fundamento del lenguaje humano,
habiendo creado una pequeña porción del amor,
de la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora
el origen de un solo himno sagrado la creó en su soledad.
   Antes de existir la tierra
en medio de las tinieblas originarias,
antes de conocerse las cosas el origen de un himno sagrado lo
creó en su soledad (para sí mismo).
   Habiendo creado, en su soledad, el fundamento del lenguaje humano;
habiendo creado, en su soledad, una pequeña porción de amor;
habiendo creado, en su soledad, un corto himno sagrado,
reflexionó profundamente sobre a quién hacer partícipe del fundamento del lenguaje humano;
sobre a quién hacer partícipe del pequeño amor(al prójimo)
sobre a quién hacer partícipe de las series de palabras que componían el himno sagrado.
 Habiendo reflexionado profundamente, de la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora
creó a quienes serían compañeras de su divinidad.
   Habiendo reflexionado profundamente,
de la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora
creó al ( a los) Ñamandú de corazón grande (valeroso).
   Lo creó simultáneamente con el reflejo de su sabiduría (el sol).
   Antes de existir la tierra, en medio de las tinieblas originarias,
creó al Ñamadú de corazón grande.
   Para padre de sus futuros numerosos hijos,
para verdadero padre de las almas de sus futuros numerosos hijos
creó al Ñamandu de corazón grande."
"Fuente: Orígenes. Argentina; compilación de mitos de guaraníes, tehuelches, matacos y tobas, onas, pampas, araucanos y collas, de Miguel Biazzi y Guillermo Magrasi, ed. Corregidor."
Imágenes Mitológicas

Kurupi

Teju Yagua



Ao Ao

Luisón

lunes, 20 de junio de 2011

Origen de la Mitología Guaraní

Mitología guaraní


Por mitología guaraní se entiende las creencias del pueblo guaraní que habitó la región centro-sur de Sudamérica. En particular a las leyendas y mitos de los pueblos nativos del Paraguay.


 Generalidades
No existen registros escritos de las antiguas leyendas y mitos asociados al pueblo guaraní.,sin embargo,resulta fácil compararlas con el Génesis de la Biblia o bién con la mitología griega.
Así, el relato de los distintos dioses, leyendas y mitos estan relacionados ya que  siempre se encuentra un punto de coincidencia entre una y otra historia.
A pesar de que muchos de los pueblos guaraníes han sido asimilados a la sociedad moderna y sus creencias han sido alteradas o sustituidas por el cristianismo (debido en gran parte a la evangelización y el proceso de sincretismo por parte de los misioneros jesuitas en el siglo XVII), muchos de los mitos centrales continúan activos en las regiones guaraniticas.
“Contrariamente a lo que se piensa, los guaraníes no eran monoteístas. Si bien Tupá era una divinidad prestigiosa en la sociedad guaraní, existían dioses supremos que habían creado la "Tierra Sin Mal" y habían dado origen a los otros dioses en un complicado sistema teogónico.”
Los misioneros jesuitas aprovecharán de las características de la deidad Tupá para relacionarla con el Dios cristiano y desviar de esa manera el sentido inicial del mito mayor fundacional indígena.
Teogonía y cosmogonía guaraní
“Los guaraníes creían que al principio de los tiempos existía el caos, formado por la neblina primigenia (Tatachina) y los vientos originarios. Ñamandú, llamado también Ñanderurusú, Ñanderuguasu ("Nuestro Padre Grande") o Ñanderu pa-patenonde ("Nuestro Gran Padre último-primero") se crea a sí mismo en medio dicho caos”.
El proceso de autoecreación de Ñamandú sigue un proceso por etapas y lo hace a la manera de un vegetal: se afirma sobre sus Raíces (las divinas plantas de los pies), extiende sus Ramas (brazos con manos florecidas-dedos y uñas), construye su Copa (diadema de flores y plumas- Yeguaka) y se yergue como árbol, en postura de elevación celestial.
Una vez autocreado, el corazón de Ñamandú comienza a resplandecer. Con dicha luz elimina las tinieblas primigenías. Después concibió la Palabra Creadora (Ayvú) que posteriormente será legada a los humanos para que éstos desarrollen el lenguaje.
Concluida la creación de su cuerpo, Ñamandú crea a los otros dioses principales que le ayudarán en su pesada tarea: Ñanderu py'a guasu ("Nuestro Padre de Corazón Grande", padre de las palabras), Karai (dueño de la llama y del fuego solar), Yakairá (o Yaraira, dueño de la bruma, de la neblina y del humo de la pipa que inspira a los chamanes) y Tupâ (dueño de las aguas, de las lluvias y del trueno).
Los tres compañeros de Ñamandú, con sus respectivas esposas, fueron creados sin ombligos, por no ser engendrados por ninguna mujer. Además les impartió conciencia de su divinidad y la esencia sagrada del Ayvú.
Los cuatro compañeros procedieron entonces a la creación de la primera tierra. Ñamandú cruzó dos varas indestructibles y sobre ella asentó la tierra. Para asegurar que los vientos originarios no la movieran, la sostuvo con cinco palmeras pindó sagradas: una en el centro y las otras cuatro cada una en un extremo. Una hacia la morada de Karai (al Poniente), la segunda hacia el origen de los vientos nuevos (al Norte), la tercera hacia la morada de Tupâ (al Oriente) y la cuarta hacia el origen del tiempo-espacio primigenio (al Sur, desde donde vienen los vientos originarios fríos). El firmamento descansa sobre esas columnas.
Junto a esta tierra, llamada Yvy Tenonde (Tierra Primera) se crea también el mar, el día y la noche. Comienzan a poblarla los primeros animales (siendo la primera mbói, la serpiente) y comienzan a crecer las primeras plantas. Aparecen luego los hombres, que conviven con los dioses.
Los hombres, animales y plantas que habitan este mundo no son sino un mero reflejo de aquellos creados originariamente por Ñamandú. En su Morada Eterna, también conocida como Yvága (una especie de paraíso) se encuentran los originales.
Ciclo de los dos hermanos
Ñamandú se encuentra con Ñanderu Mba'ekuá ("Nuestro Padre Sabio") y le propone buscar a la mujer. Para ello crean una vasija de barro y la tapan. Al destaparla, aparece Ñandesy ("Nuestra Madre").
Ñandesy  copula con ambos dioses y engendra un hijo de cada uno. Al enterarse Ñamandú del "adulterio" de su mujer, recoge sus cosas y se marcha a su morada celestial. La abandonada Ñandesy sale en la búsqueda de su marido, pero en el camino se pierde y es devorada por unos yaguaretés antes de que nacieran sus hijos. Sin embargo éstos, por ser divinos, sobreviven y son criados por la abuela de los yaguaretés.
Los mellizos se llamaran Ñanderyke'y (hermano mayor), hijo de Ñamandú; y Tyvyra'y (hermano menor), hijo de Ñanderu Mba'ekuá.
Luego de una larga sucesión de aventuras y desventuras, intentos y fracasos, un continuo recomenzar en los que Añá (tío de los mellizos y enemigo de éstos) intenta ponerle las cosas difíciles, los dos hermanos logran reunirse con Ñamandú en la morada eterna. Allí también se encontraba su madre, Ñandesy, que había sido revivida por su esposo.
Una vez allí, Ñamandú les otorga poderes divinos y el manejo del día a Ñanderyke'y, que cambia su nombre a Ñanderu Kuarahy ("Nuestro Padre el Sol") y el control de la noche a Tyvra'i, que pasa a llamarse Ñanderu Jasy ("Nuestro Padre la Luna").
 Ciclo del Diluvio
Destrucción de la Primera Tierra y creación de la Segunda Tierra
En la primera tierra, llamada Yvy Tenonde, los hombres convivían con los dioses, no había enfermedades y no faltaba nunca el alimento.
Sin embargo, uno de los hombres, llamado Jeupié, transgredió el tabú máximo: el incesto, al copular con la hermana de su padre. Los dioses castigaron este acto con un diluvio (Mba'e-megua guasu) que destruyó esta tierra primera y se marcharon a vivir a una morada celestial.
Ñamandú decide crear entonces una segunda tierra, imperfecta, y solicita la ayuda de Jakairá quién esparce la bruma vivificante sobre la nueva tierra. Los sobrevivientes del diluvio pasan a habitar esta tierra donde ahora existe la enfermedad, los dolores y los sufrimientos.
Los hombres que habitan esta nueva tierra, llamada Yvy Pyahu ("tierra nueva") buscarán por siempre retornar a aquella primera tierra: Yvymara'ey (la "Tierra Sin Mal").
 La tercera tierra
Los mitos orales guaraníes hablan de una tercera reconstrucción que será sin imperfecciones. Sin embargo, mientras se espera la llegada de esa tercera tierra, los hombres pueden acceder al Yvymara'ey, siempre y cuando observen determinadas pautas de comportamiento comunal.
En aquella mítica tierra no existirá ningún castigo, no habrá desventuras ni padeceres, nada se destruirá.
Mito guaraní de la creación
La figura central en la mayoría de las leyendas guaraníes de la creación es Tupá (Tupâ en avañe'ê), el dios supremo o dios del trueno. Con la ayuda de la diosa de la luna, Arasy, Tupã descendió a la tierra en un lugar descrito como un monte en la región de Areguá (Paraguay). Desde este sitio creo todo sobre la tierra, incluyendo el océano, la flora y los animales. También colocó las estrellas en el firmamento.
El mito de la creación del hombre aparece con esta figura a partir de la acción evangelizadora de los jesuitas (siglo XVII) que "fusionaron" diversas historias y leyendas de héroes míticos guaraníes para que encajaran con lo relatado en el Génesis con respecto a la antropogenia.
Luego Tupã creó a la humanidad en una elaborada ceremonia en la que formó estatuillas de arcilla representado al hombre y a la mujer. Luego de soplar la vida en estas formas humanas, los dejó con los espíritus del bien (Angatupyry) y del mal (Taú) y partió. La primera raza así creada serían los guaraníes, de quienes se originarían los demás pueblos.
Los primeros hombres
Los humanos creados por Tupa se llamaban Rupavê y Sypavê, nombres que significan "Padre de los pueblos" y "Madre de los pueblos", respectivamente. La pareja tuvo tres hijos y un gran número de hijas.
  • El primer hijo fue Tumé Arandú, considerado el más sabio de los hombres y el gran profeta del pueblo guaraní.
  • El segundo hijo fue Marangatú, un líder generoso y benevolente, padre de Kerana (madre de los siete monstruos legendarios del pueblo guaraní).
  • El tercer hijo fue Japeusá, que desde su nacimiento fue considerado un mentiroso, un ladrón y un tramposo. Siempre intentando engañar a la gente y sacar el máximo provecho de ellos. Eventualmente, éste cometió suicido ahogándose, pero fue resucitado en forma de cangrejo. Desde entonces, todos los cangrejos fueron maldecidos teniendo que caminar hacia atrás como Yapeusá.
  • Entre las hijas de se destaca Porãsý por sacrificar su propia vida para librar al mundo de uno de los siete monstruos legendarios.
Se cree que algunos de los primeros humanos ascendieron después de su muerte para transformarse en deidades menores.
Los Siete Monstruos Legendarios
Kerana, la bella hija de Marangatú, fue capturada por la personificación del espíritu del mal, llamado Tau. Juntos tuvieron siete hijos, que fueron malditos por la gran diosa Arasy y todos, excepto uno, nacieron como monstruos horribles.
Los siete son considerados como figuras centrales de la mitología guaraní. Así, en muchas regiones los dioses menores han caído en el olvido mientras que las leyendas de estos siete monstruos se mantienen vivas incluso en los tiempos modernos.
Por orden de nacimiento, son:
Los siete hermanos
  • Teju Jagua, dios o espíritu de las cavernas y las frutas,
  • Mbói Tu'î, deidad de los cursos de agua y las criaturas acuáticas,
  • Moñái, dios de los campos abiertos. Fue derrotado por el sacrificio de Porâsý.
  • Yasy Yatere, deidad de la siesta, único de los siete en no aparecer como un monstruo,
  • Kurapí, dios de la sexualidad y la fertilidad,
  • Ao Ao, deidad de los montes y las montañas,
  • Luisón, dios de la muerte y todo lo relacionado con ella.
Otros dioses y figuras importantes
  • Angatupyry, espíritu o personificación del bien (opuesto a Taú),
  • Pytajovái, dios de la guerra,
  • Pombero, espíritu popular travieso,
  • Ka'a Póra (Caá Porá), extraño y cambiante fantasma femenino de las selvas,
  • Ka'a Jarýi (Caá Yarí), dueña de la yerba mate, diosa de cabellos plateados que regaló a los hombres la planta de yerba mate (llex paraguayensis).
  • Abaangui, una deidad relacionada con la creación de la luna.
  • Mala Visión, espíritu vigilante de la tranquilidad y el mundo puro de la selva.
 Bibliografía
  • Colman, Narciso R. (Rosicrán): Ñande Ypy Kuéra ("Nuestros antepasados"), 1929.
  • Colombres, Adolfo (1986): Seres sobrenaturales de la cultura popular Argentina, Biblioteca de Cultura Popular. Buenos Aires: Ediciones del Sol.
  • González Torres, Dionisio M. (1995): Folclore del Paraguay, Asunción, Paraguay.
  • Pasteknik, Elsa Leonor (1996): Misiones y sus leyendas, 3ª ed., Buenos Aires: Plus Ultra.
Biografía  y análisis de las obras de Rosicrán